Efectos directos e indirectos de los tóxicos

La creciente producción de compuestos químicos hace que los seres vivos y los ecosistemas esten cada vez más expuestos a ellos. Muchos estudios ecotoxicológicos se han centrado en los efectos agudos, es decir a concentraciones muy altas y en cortas exposiciones, pero normalmente los organismos están expuestos a bajas concentraciones durante periodos prolongados. Los cambios comportamentales de los animales suponen una respuesta muy útil y biológicamente relevante a los tóxicos en estos escenarios de bajas concentraciones de químicos. Muchos de los estudios que analizan los cambios comportamentales que causan los tóxicos se han centrado en los efectos directos, es decir como el tóxico modifica algún aspecto del individuo (fisiología, por ejemplo) y eso se refleja en un cambio en el comportamiento de los animales expuestos (por ejemplo, se mueven más rápido). No obstante, esos cambios directos pueden afectar a otras especies a las cuales ese mismo tóxico puede que no les afecte. Esto causaría lo que se denomina un efectos indirecto. Por ejemplo, un tóxico incrementa la actividad de una especie que es presa de otra, si a esta última no le afecta el tóxico el hecho que su presa se mueva más hace que la probabilidad de localizarla sea mayor y esto incremente la tasa de depredación. Esto sería un efecto indirecto (no causado directamente por el tóxico). Esto abre una línea de trabajo apasionante en la ecotoxicología, dando una perspectiva de escala de comunidad-ecosistema a las nuevas preguntas que nos hagamos los ecotoxicólogos sobre los efectos de los tóxicos en los sistemas naturales. 

Saaristo M et al. 2018 Direct and indirect effects of chemical contaminants on the behaviour, ecology and evolution of wildlife. Proc. R. Soc. B 285: 20181297. http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2018.1297




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