Microorganismos y pecios: el casco del Titanic es degradado por Halomonas titanicae

En el año 1912 el Titanic se hundió, causando la muerte de 1.500 personas. Los restos del barco reposan a 3.800 metros en el fondo del Atlántico. El Titanic era el barco de pasajeros más grande de aquella época y se partió en dos, el casco de acero (con un % muy alto de hierro) fue a parar a un sitio oscuro, frío y sometido a altas presiones. Uno podría pensar que en esas profundidades el casco debería conservarse en buen estado, ya que el frío y la oscuridad deberían preservarlo. Pero no es así, allí abajo hay mucha vida, tanto macroscópica como microscópica. Esta última es la encargada principal de la degradación del casco del Titanic. En el año 2010 una publicación de un grupo de investigadores españoles, en colaboración con investigadores canadienses, describió una de las bacterias que habían encontrado en las muestras recogidas en el Titanic en 1991. Lo que descubrieron fue una nueva bacteria: Halomonas titanicae. Se trata de una bacteria Gram negativa, aerobia, y heterótrofa. Vive, junto con otros microorganismos, en lo que se denominan "rusticles" que en español se traduciría por rustículos, es decir esa especie de estalactitas de óxido que cuelgan del casco del Titanic y de los pecios en general. Esta bacteria se alimenta oxidando el hierro del casco, del cual obtiene la energía para vivir y de paso degrada poco a poco el pecio. Esto hace que de aquí a unas décadas del casco quedará bastante poco.


 

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