El Prozac afecta al comportamiento de los peces

El principio activo del Prozac es la fluoxetina y es uno de los antidepresivos más utilizados en las sociedades modernas y deprimidas. Parte de este medicamento termina en los saneamientos públicos y muchas estaciones depuradoras no pueden eliminarlos del agua. El resultado de todo esto es que los ecosistemas acuáticos se ven expuestos de forma crónica a la fluoxetina en concentraciones normalmente muy bajas. Una forma de evaluar su efecto en los seres vivos es a través del análisis de los cambios que ocasiona en el comportamiento de los animales acuáticos, siendo el grupo de los peces muy utilizado para esta valoración ecotoxicológica. La mayoría de estudios centrados en el comportamiento analizan el comportamiento medio que presenta una población expuesta al tóxico frente a una que no lo está, si hay diferencias estadísticas esto nos indica un cambio de comportamiento causado en este caso por la fluoxetina. Pero la variación de comportamiento dentro de los individuos (es decir su plasticidad comportamental) y la variación entre los individuos de la población deben ser analizadas al mismo tiempo, ya que cada una de ellas nos ayuda a entender los posibles efectos adversos de un tóxico. Por ejemplo, si las diferencias comportamentales entre individuos son escasas en una población (aunque su plasticidad sea alta), esa población tendría mayor riesgo de extinción frente a un cambio ambiental que requiera un cambio comportamental (por ejemplo, si incrementa la población de depredadores en un sitio y los individuos que forman la población presa tienden a ser muy móviles, puede que sean depredados con mayor facilidad debido a que el depredador los puede localizar más fácilmente que si están quietos). Un reciente estudio con fluoxetina y sus efectos crónicos en peces (Polverino et al. 2020) ha demostrado como poblaciones de Gupis (Poecilia reticulata) expuestos de forma crónica a la fluoxetina reducen la variabilidad comportamental entre los individuos de la población expuesta (los comportamientos son más parecidos entre los individuos), mientras que la plasticidad (comportamiento de cada individuo) tiende a no verse tan afectada. Esto puede suponer un problema a la hora de enfrentarse a cambios ambientales que requieran cambios comportamentales, ya que en los ecosistemas naturales las poblaciones se encuentran expuestas de forma crónica a este compuesto. Además, con el paso del tiempo esta homogenización de comportamientos se agravaría reduciendo las oportunidades de la población de hacer frente a cambios ambientales. Este estudio abre un interesante camino para comprender mejor los complejos efectos y consecuencias evolutivas que tienen las sustancias químicas en los ecosistemas acuáticos.



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