Microplásticos y compuestos orgánicos persistentes ¿juntos pueden ser más tóxicos?

Por todos es conocido que los ecosistemas acuáticos sufren de una gran carga de plásticos. Se calcula que 300.000.000 toneladas de plásticos son producidas por el hombre cada año, de las cuales un 10% termina en los océanos. Previamente pasan por los ecosistemas terrestres y/o los ecosistemas fluviales. Se calcula que unas 660 especies marinas se ven directamente o indirectamente afectadas por la contaminación por plásticos, aunque esta cifra podría ser infinitamente mayor si tenemos en cuenta a organismos de muy pequeño tamaño. Los plásticos se pueden fragmentar en tamaños más pequeños como consecuencia de la acción física (corriente, olas, etc.), cuando alcanzan tamaños entre 1 micrómetro y 5 milímetros los llamamos microplásticos. Estos pueden ocasionar graves problemas a los seres vivos. Entre ellos abrasión de branquias o daños en el intestino cuando son ingeridos junto con el alimento. Otro posible problema es que los compuestos orgánicos persistentes (COPs), como algunos biocidas y plaguicidas pueden unirse a estos plásticos. Esto se produce debido a la baja solubilidad en agua de esos COPs. A través de esta vía pueden entrar en los seres vivos cuando los microplásticos son ingeridos. Sería una especie de caballo de Troya, haciendo un símil histórico-mítico. No obstante, algunos estudios apuntan a un efecto potencialmente más adverso que por separado y otros apuntan a un bajo efecto (ya que puede que el COPs no se separe de los microplásticos en el interior del animal, y por tanto el efecto sea el mismo que el de los microplásticos sin COPs). No obstante, de momento hay poca literatura científica al respecto y habría que esperar para poder concluir algo definitivo.




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