¿Qué importancia tiene el contexto social en la ecotoxicología?

Por contexto social ("social context") entendemos el conjunto de las interacciones entre los individuos de una población y el contexto ambiental en el que esas relaciones se producen. Este contexto social incluiría las interacciones, como pueden ser la competencia por recursos, las relaciones comensalistas, etc. También incluirían todas las señales químicas implicadas en esa comunicación social (señales químicas de los semejantes, de los depredadores, etc.). Esas relaciones sociales pueden ser extremadamente complejas en función de la especie que estemos estudiando. Por ejemplo, las relaciones de jerarquía dentro de un grupo animal, la capacidad para detectar señales de peligro; como la presencia de depredadores, avisos de peligro, etc. son ejemplos de este tipo de relaciones sociales. La ecotoxicología trata de evaluar el efecto de los químicos sobre los ecosistemas. Para ello, en la mayoría de los estudios, se simplifica la realidad y por medio de estudios controlados se evalúa el efecto de un tóxico sobre los individuos de forma aislada. Esto hace que el contexto social antes indicado no se suela evaluar. Se ha asumido que los efectos a nivel individual se trasmitirán a este contexto social, pero sin llegar a valorarlo en la mayoría de estudios ecotoxicológicos. En los últimos años se ha avanzado mucho en este campo, por ejemplo se ha comprobado como algunos tóxicos pueden alterar el ambiente social, haciendo que se modifique la capacidad olfativa de la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiis), con lo que ello supone para localizar a otros congéneres o las posibles señales de peligro. Estas consecuencias solo pueden ser evaluadas si en el estudio se tiene en cuenta este contexto social, ya que de otro modo no podremos detectar esas modificaciones causadas por el tóxico en la población. Se trata de un campo con un gran potencial, pero la dificultad intrínseca de esta parte de la ecotoxicología hace complicada su inclusión rutinaria en la evaluación de riesgo. No obstante, las mejoras en los métodos automáticos de estudio del comportamiento animal (como el vídeo-seguimiento) y las mejoras en los conocimientos de las herramientas estadísticas (métodos multivariantes) pueden ayudar a conseguir ese objetivo.

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